Desde hace varios meses teniamos un cviaje programado a venecia de jueves a lunes con buenos horarios ya que la llegada la tenia a las 13h pero nada se puede programar ya que por motivos que no tenemos claros el vuelo llegó con cuatro horas de retraso, aunque ¿qué sería de un viaje sin algo de estrés logístico? Aterrizamos en Venecia a las 17:00, cansadas y con ganas de empezar por fin la aventura. Tras hacer una cola larguísima para el vaporetto Alilaguna hacia Rialto —más de una hora de espera entre frío y ráfagas de aire—, ya estábamos en modo supervivencia.