Venecia dia 5: Al final, no es una despedida; Venecia queda en el recuerdo.

Último día en Venecia. Después de unos días intensos de visitas, museos y muchas, muchas fotos, nos tomamos este día con más calma. El plan era sencillo: callejear sin rumbo, visitar un par de lugares especiales que habíamos dejado para el final y disfrutar al máximo antes de decir adiós a esta ciudad única.

Si algo hemos aprendido estos días es que en Venecia, el arte no está solo en los museos, sino también en los puentes, en los portales de madera desgastada, en el reflejo de los palacios sobre el canal.

La famosa casa flotante entre canales

Una parada imprescindible si te gustan los lugares curiosos es la Librería Acqua Alta es todo menos convencional. Los libros están organizados —si se puede usar esa palabra— en bañeras, góndolas y estanterías improvisadas. Subí a la conocida escalera de libros del patio trasero, desde la que se ve el canal. Es un lugar fotogénico y pintoresco, aunque más caótico que funcional. Esta vez no vimos gatos, aunque suelen vivir varios por allí.

No compramos nada, pero la visita merece la pena solo por lo peculiar del lugar.

Con la visita al Palacio Ducale  que vimos el dia 3 va incluida también la entrada al  Museo Correr

Situado en el ala napoleónica de la Plaza San Marcos, el Museo Correr es mucho más completo de lo que uno espera. Lo fundó Teodoro Correr en el siglo XIX, y hoy es uno de los museos más importantes de la ciudad.

El recorrido comienza con los Apartamentos Imperiales, decorados con frescos, suelos de parquet y mobiliario del siglo XIX, que muestran la época en la que Venecia fue parte del Reino de Italia. Después se accede a salas dedicadas a la historia de la República de Venecia, con objetos de la vida cotidiana, documentos, monedas y retratos de dogos.

Una de las joyas es la colección de esculturas de Antonio Canova, entre ellas “Dédalo e Ícaro”. El edificio en sí ya merece la visita: altos techos, detalles decorativos y vistas únicas a la plaza.

Antes de entrar , nos sentamos en la cafetería del museo, en un ala superior, con ventanales enormes que dan directamente a la plaza. Una vista preciosa para hacer una pausa y un café por cierto el cafe fue el mas barato que pagamos en Venecia.

Después del museo ya era hora de comer y como nos quedaba cerca volvimos a Pizzería Centrale, donde habíamos cenado el primer día. Esta vez probamos pasta y risotto. Ambos platos estaban muy bien preparados, y fue una buena elección para terminar el viaje. Servicio rápido, precios razonables y ambiente tranquilo, esta vez tuvimos sitio en la terraza muy agradable, el camarero se acordaba de nosotras.

Después de comer hicimos algunas compras de última hora, y volvimos al hotel a por las maletas , nos dirigimos  hasta la parada del vaporetto en Rialto íbamos con tiempo, pero no tardo mucho. Desde allí tomamos el barco hacia el aeropuerto. El trayecto en vaporetto es bonito, pero hay que ir con tiempo: se llena y no siempre se puede ir sentado.

Al llegar al aeropuerto, nos encontramos con el mismo problema que a la ida: casi dos horas de retraso. Nada que no se arregle con paciencia (y auriculares), pero sin duda no fue el cierre ideal.

Cinco días dan para mucho, pero Venecia siempre deja ganas de más. Es una ciudad que se queda en la mirada y en los pies, que no se puede contar sin haberla recorrido.

Volvimos cansados, pero con la tarjeta de memoria llena de fotos y el recuerdo de una ciudad como ninguna otra. 

Recomendaciones del día

• Dedica la mañana a caminar sin rumbo, especialmente por zonas menos turísticas. A esta altura del viaje, ya es fácil orientarse sin necesidad de GPS.

• Lleva calzado cómodo y deja espacio para una última visita a tiendas o librerías.

• El Museo Correr es más grande de lo que parece: si quieres verlo con calma, calcula unas 2 horas.

• El vaporetto al aeropuerto puede llenarse rápido: ve con margen suficiente y paciencia (sobre todo si viajas desde Rialto).

  
  
  

Look

Jersey: Zara

Camiseta: Zara

Pantalon:Stradivarius

Bolso: Guess

Pañuelo: Mango

Gafas Ray Ban

Deportivas: New Balance

Cinco días dan para mucho, pero Venecia siempre deja ganas de más. Y eso es lo que hace que esta despedida no sea un final, sino un hasta luego

.Espero que os haya gustado hasta aquí mi pequeña guía.

Hasta el próximo post!!!