Como ya os comente en mi anterior post Nápoles en dos días es quizás demasiado poco, y ¡hay tanto que ver!
En el segundo día aunque estábamos cansadas del pateo del día anterior, nos levantamos temprano a desayunar en la terracita tan agradable del hotel y salimos a ver el El Castel dell'Ovo ya que teníamos poco tiempo hasta que salia el ferry para Procida a las 11,45.